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martes, 8 de mayo de 2012

La música de fondo del mundo

Arthur Schopenhauer
¿Qué tiene la música que es capaz de hacernos recordar lugares, personas y sentimientos? ¿Cómo consigue pulsar algo dentro de nosotros que nos envuelve en un aura estética y emocional? Se trata quizá de la más espiritual de las artes: es intangible. El instrumento se percute, se sopla, se roza, se pulsa... pero la música... la música es como una hermana del alma. Arthur Schopenhauer (1788 - 1860), uno de los filósofos más pesimistas que ha conocido la faz de la tierra, colocó la música en un lugar insospechado. Podríamos decir que la considera el fondo del mundo


Kant (1724 - 1804) dijo que lo único que podemos conocer científicamente del mundo es lo que se nos muestra (los fenómenos). Si hay algo más allá de los fenómenos (a lo cual él llama noúmeno), no podemos conocerlo científicamente. Por tanto, lo lógico, según Kant, es dejarlo de lado. Todo intento de tratar con el noúmeno se convierte en opinión o como mucho en poesía, nunca en ciencia. De ahí que diga que la metafísica (la que estudia lo que está más allá de lo físico) es imposible como ciencia. Sin embargo, Schopenhauer opina que más allá de lo que vemos, tocamos, etc. hay una fuerza irracional que, en la naturaleza, se manifiesta en sus impetuosos fenómenos naturales y, en nosotros, los humanos, se manifiesta en la voluntad de vivir. Y la llama genéricamente voluntad. Se trata de una fuerza que nos supera, que nos trasciende y es previa a cada individuo. En este contexto, la música tiene la capacidad de traer al mundo fenómenico (el que se percibe por los sentidos) esa voluntad irracional que está debajo de los fenómenos, es decir, el fondo del mundo. Por eso, se puede decir que la música constituye un lenguaje universal, porque expresa algo que está en el fondo de todo y del que todos somos partícipes.


No voy a decir que no sea enrevesado, pero, después de leer a Schopenhauer, uno comprende que la música no son simples sonidos embellecidos: la música toca directamente el alma, o acaso viene de ella. "Detrás de las notas", dice Riccardo Muti en este simpático y profundo vídeo , "habita el infinito... es decir, Dios". 

2 comentarios:

  1. Grande Ricardo Muti...
    Muchas gracias por el post

    Especialmente te doy la razón en una cosa: La música toca el alma... pero no has dicho de qué forma. El Trash Metal la tiene que dejar "hecha polvo", jeje.

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  2. Hay dos formas de tocar el alma: a lo bestia y delicadamente; a martillazos o con caricias

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