Me sorprende y me agrada que en ciertos entornos se mantenga un ambiente dignificado, con relaciones a través de signos que van más allá de lo obvio; una corrección que eleva y no embrutece, que trasciende el simple dejarse llevar.
Me parece una actitud humanizante, propia de quien posee algo valioso, más allá de sí mismo, y cree que merece la pena cuidarlo; y sería deseable actitudes de este estilo no solo en entornos deportivos.
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