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sábado, 2 de marzo de 2019

Karate o dejarse llevar

Hoy he estado en un campeonato de karate, de estilo Kyokushinkai, para más datos. Al llegar se iban viendo cada vez más camisetas, sudaderas y chaquetas con el kanji propio de este estilo de arte marcial. Conforme iban acercándose, los competidores y entrenadores se saludaban. En plena calle, no en el contexto de un Dojo, con los brazos paralelos, ligeramente avanzadas las manos respecto al cuerpo y una inclinación de cabeza se decían "oss", con entusiasmo; y, luego, ¿qué tal, cómo estás?, y si convenía a su amistad, un abrazo.
Me sorprende y me agrada que en ciertos entornos se mantenga un ambiente dignificado, con relaciones a través de signos que van más allá de lo obvio; una corrección que eleva y no embrutece, que trasciende el simple dejarse llevar.
Me parece una actitud humanizante, propia de quien posee algo valioso, más allá de sí mismo, y cree que merece la pena cuidarlo; y sería deseable actitudes de este estilo no solo en entornos deportivos.



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