-Me voy a casa a ver la tele.
¿Es que la televisión se ha convertido en un fin? Cuando tenemos que lavar la ropa, abrimos la compuerta de la lavadora, la introducimos ahí, ponemos el jabón, el suavizante y, una vez concluido el programa elegido, sacamos la ropa y no utilizamos el electrodoméstico en cuestión hasta la próxima ocasión. Lo mismo con el microondas, con el horno o el lavavajillas. No son fines de nuestra actividad, sino medios para conseguir un objetivo.
Esto parece no ocurrir con otro electrodoméstico de la casa: la televisión. Si lo tratáramos como a los demás, haríamos lo siguiente: si necesito estar informado, enciendo el aparato a la hora de las noticias de tal y cual emisora y, cuando acaban, lo apago. Sin embargo, la realidad es otra. Nos sentamos en el sofá, e intentamos exorcizar al aburrimiento o nuestra apatía con los botones del mando a distancia.
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