Algunos con cierta sorna, y otros con sinceridad, no exenta de cinismo,
afirman que la filosofía es la ciencia con la cual o sin la cual al final te
quedas tal cual. Pero no hace falta ser un experto para saber que se trata de una
definición no demasiado estricta.
Los más puristas la definen como aquel
conocimiento organizado de todas las cosas por sus últimas causas y sus
primeros principios. Quizá también con esta definición nos hemos quedado
"tal cual" (de ahí la mala fama de la filosofía).
Pero, si el conjunto no se entiende, vayamos por partes. Expliquemos cada uno de los términos implicados en la definición.
Empecemos por conocimiento
organizado, que es otra forma de decir ciencia, pero, como esta palabra está
demasiado enfocada hoy en día a las ciencias experimentales con sus probetas,
pipetas y mecheros de Bunsen, se ha optado por la expresión “conocimiento
organizado”.
A continuación, la definición informa del objeto material de
esta ciencia, es decir, de qué es lo que estudia. Y nos dice que estudia “todo”.
Eso es. (Y tan grande es el todo que hasta incluye a la nada.)
Y finalmente nos
explica el objeto formal de la filosofía, es decir, el punto de vista desde
el cual se estudia el objeto material. Cuando decimos que la filosofía estudia todo
desde el punto de vista de los primeros principios y de las últimas causas, ¿a
qué nos referimos? No es fácil explicarlo, porque estamos acostumbrados a las
causas inmediatas y a los efectos prácticos.
Si nos preguntamos cuál es la causa de nuestra propia existencia, responderemos
rápidamente: "mi padre y mi madre". Esto no es falso. Sin
embargo, si profundizamos más, sin los progenitores de nuestros padres, ni sus
progenitores ni los progenitores de sus progenitores, etc. tampoco existiría
yo. ¿Significa esto que las últimas causas son las más alejadas de los efectos
en el tiempo, aquellas que no tienen otra antes? Así es, pero nuestra existencia tampoco podría
explicarse sino fuera por los elementos químicos que forman nuestro cuerpo. Estos serían una causa "cercana". Sin embargo, no explican todo mi yo, porque estos elementos químicos por sí mismos, no son yo. Parece que hay
algo más en mí que les da unidad. Intentar explicar esto también es un
tema eminentemente filosófico.
Pero subamos las apuestas: la filosofía no solo se pregunta sobre el porqué de la existencia de un objeto o persona concretos, sino que se eleva hasta la más radical de las preguntas: ¿por
qué existe algo en vez de nada?
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