Ludwig Feuerbach (1804-1872) |
Un día un compañero del trabajo en su estado habitual de currante, es decir, estresado, soltó un exabrupto en el que se incluía la palabra "Dios" y no de una forma muy respetuosa. Una chica saltó y le pidió que, por favor, no se expresara de aquella manera. Entonces el aludido comentó: "siempre que se nombra a Dios sale alguien que se molesta. ¿Es que crees en Dios? Dios no existe. Si acaso Dios soy yo".
Solo le hubiera faltado citar a Feuerbach. Ludwig Feuerbach (1804-1872) pertenecía a un grupo llamado "izquierda hegeliana", una especie de discípulos sectarios del monumental Hegel (1770-1831). Se contraponían a la derecha hegeliana (¡qué original! Sería muy largo explicar las diferencias).
Feuerbach era un cachondo. La forma en que criticaba la religión (de hecho por esto se le conoce) se basaba fundamentalmente en que Dios no es más que las proyecciones de las aspiraciones imposibles que viven dentro de nuestro corazón humano. Por tanto, hay que dejar la teología (el estudio racional de Dios) y centrarse en el estudio de la antropología (el estudio racional del hombre), porque, como diría mi inestimable colega: "Dios soy yo".
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