Guillermo de Ockham (1280-1349), el de la navaja, (http://goo.gl/3xeVS) era de la opinión que lo importante en el mundo es lo particular y no lo universal. Así que, ¿cómo explicaba la existencia en nuestra inteligencias de conceptos universales? Simplemente decía que se trata de palabras, palabras superinfladas o flatus vocis. Es decir, una especie de exceso de nuestra mente. A esta postura respecto del problema de los universales se le llama Nominalismo. El Nominalismo defiende que los conceptos universales que tenemos en nuestra mente no son tales, sino simples palabras que agrupan diferentes objetos concretos del mundo. O sea, como grandes bolsas en la que caben muchas cosas.
Siguiendo el tema de los universales (http://goo.gl/dqp8e), según los nominalistas no existen los conceptos, sino solo las palabras; al contrario que Platón que pensaba que las ideas preexistían en el Hiperuranio y el contacto con los objetos particulares nos hacían recordar esas ideas que ya habíamos visto en ese mundo por encima del cielo (http://goo.gl/Ki3uG).
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